Poemas de Leoni Disla
VENDAS OBSOLETAS
Y hecha el tiempo callos, callos amargos. Porque se hace espinoso ver todo cuando se están desplomando los pétalos rosas de los ojos que ya no duermen.
CAUTIVÁNDOME ME LIBERASTE
Ardían las cadenas de mis interiores.
Ardía el sepulcro que me guardaba.
Ardía agrio hasta el aliento que me sostenía.
Ardía la llama y yo fui las cenizas.
En esos entones apareciste Con una rara manera de desprender ademanes, cual cólera del encanto, cual beso sublime que de toda razón nos aleja.
Y viendo tus ojos de fuego al compás de los movimientos de tus alas, fue como al suelo cayeron las cadenas que me aprisionaban. Y sin esperarlo, como a ti me crecieron las alas, entonces fue cuando me di cuenta que cautivándome me liberabas.
NAIPES EMBRIAGADOS
¡Pero todos!: dejan sus huellas en la pista calorosa.
Y creen jugar el juego de su vida.
Y creen que se viran y esperan su suerte.
Ignorando que la brisa es el semblante de los castillos invisibles que pasan.
Ignorando que hay dedos fuertes…muy fuertes que viran a su modo sus frágiles cuerpos. Y pasan las décadas y los siglos y siguen los naipes embriagados con el letargo profundo del que solo duerme.


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